En clase de Griego I acabamos de leer el capítulo "Antígona" tomado del libro La fuente griega de Simone Weil.
Tras la experiencia de lectura compartida, buscamos un título para este post. Queríamos destacar el valor de la joven Antígona, capaz de resistirse a la ley impuesta por el Estado ante la necesidad de cumplir con una ley superior no escrita: la ley del amor a su hermano.
Nada mejor, entonces, que las propias palabras de Antígona para abrir esta entrada:
"Yo no nací para compartir el odio, sino el amor" (v. 523)
οὔτοι συνέχθειν, ἀλλὰ συμφιλεῖν ἔφυν
Porque ellas lo dicen todo.
Como también habla por sí misma la respuesta del inflexible Creonte:
"¡Pues bien! Vete a la tumba y ama a los muertos si tienes necesidad de amar" (v. 524-525)
κάτω νυν ἐλθοῦσ᾽, εἰ φιλητέον, φίλει κείνους
Imagen: https://cristinawilhelm.files.wordpress.com/2009/08/antigone2.jpg?w=584
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