miércoles, 15 de abril de 2015

De "un eterno modo" monstruos somos

"Para entender el soneto de Borges 'Edipo y el enigma' hay que leerlo muchas veces", decían los alumnos de Cultura Clásica al acabar su ejercicio de lectura comprensiva. Lógico. Esa es la virtud de la palabra escrita: te deja volver sobre lo leído para entenderlo y juzgarlo (ver nuestra entrada del 13 de diciembre, click).
Y además había que conocer el mito de Edipo, su final terrible y su encuentro con la Esfinge, ese ser híbrido, es decir, mixto, fuera de la norma, pues estaba formado por elementos tomados de tres seres: torso de mujer, alas de águila y cuerpo y pies de león.

El poeta Jorge Luis Borges se da cuenta de que al mirar la Esfinge, Edipo se ve a sí mismo como en un espejo. "¿Cuál es el enigma?" parece preguntar Edipo. Y la Esfinge podría responderle: "¿Y tú me lo preguntas? ¡El enigma eres tú!". Porque la respuesta al enigma de la Esfinge es: "EL HOMBRE".
Borges va más allá. Edipo mira al monstruo triple y reconoce que él también es triple de "un eterno modo" pues toda persona es lo que fue, es y será, es decir: su pasado, su presente y su futuro.
¡Un monstruo triple es el hombre! Un "híbrido" con toda la fuerza de la palabra en su sentido etimológico, pues procede de la raíz griega ὕβρις que significa "soberbia", "aberración", "lo que disgusta a los dioses". ¡Cuánto disgustó Edipo a los dioses si recibió el castigo que todos conocemos, magistralmente tratado por Sófocles en la tragedia Edipo Rey!

Borges formula la pregunta de la Esfinge sirviéndose de una metáfora: la vida humana dura un día con sus tres momentos fundamentales, es decir, sol naciente, sol en lo más alto y sol poniente. Al final del día el hombre ya ha presentado sus tres formas, se "ha declinado" en sus tres "casos" aunque siempre ha sido uno y ha permanecido él mismo. El hombre, monstruo "tripartito", cambia de aspecto a lo largo de su vida mostrando así una peculiar "morfología": la primera forma tiene tres patas (casus primus sive casus puerilitatis)*, la segunda dos (casus secundus sive casus maturitatis)*, y al final presenta tres (casus tertius sive casus senectutis)*. Tres "casos" o "caídas" sucesivas en decadencia hasta culminar la declinación.

Mirando la Esfinge Edipo se ve a sí mismo; ve su ser monstruoso y tripartito; ve su destino. ¿Cuál es el destino del ser humano? ¿Acaso la muerte? ¡Pero si el hombre es eterno, ya que en él se aúnan los tres tiempos: pasado, presente y futuro!

He aquí el destino del hombre que la Esfinge le manifiesta: conocerse a sí mismo.
Y el hombre se conoce cuando conoce lo que fue, lo que es y lo que será.
Ese es el mensaje de la Esfinge.

A fin de cuentas, ¿cuándo se conoció Edipo? Sólo cuando supo que no era quién él creía ser, sino un desdichado parricida padre de sus propios hermanos. ¡Un monstruo híbrido aberrante!

[*Los nombres de los casos los acabo de inventar, si alguien tiene mejores propuestas, por favor, sírvase aportarlas]

A continuación aparecen dos documento: el primero es la "Actividad de lectura comprensiva" sobre el soneto de Borges que los alumnos realizaron durante la sesión de clase (texto y cuestionario). Para una posible corrección de dicho ejercicio hacer click aquí. El segundo documento es un breve Power-Point que sirvió para introducir el tema.

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