“LAS DIFÍCILES TAREAS DE UN AMO"
Por: Sara Morales y Víctor Cerezo (4ºC Latín)
“Sosos,
hijo de [**], siracusano nacido en Egipto, se ofrece a Olimpia […] de Atikka,
bailarina, que actúa en Zopyros, hijo de [**], galo nacido en Egipto, para
trabajar con ella como flautista durante doce meses a partir del mes de
Hiperberetaios del año 16, por un salario mensual de 45 dracmas de bronce. No
podrá faltar a ningún festival ni a ningún otro compromiso en el que Olimpia
esté presente y no prestará servicios a nadie más sin autorización de Olimpia,
El guarda de este contrato es Olímpico, hijo de Heródoto, Kleopatreus [..]”. (Contrato en papiro, Pág. 84)
Sosos
emprendió su viaje en carro por la Vía Augusta, en Hispania, acompañado de su
fiel amigo el esclavo Marcus. Se dirigían a tocar en una posada que estaba en
los alrededores del mercado de Livia, ya que Sosos era flautista e iba a tocar
acompañado de Marcus, pero en mitad del trayecto, por la provincia
Tarraconensis, fueron confundidos con bandidos y un grupo de campesinos los apalearon.
Cuando se dieron cuenta de que el esclavo llevaba un collar de hierro grabado
con las iniciales de su amo, descubrieron que habían asaltado por error a esas
dos personas y para no crear conflictos, los campesinos huyeron. Tras unos
minutos, Sosos consiguió levantarse ya que él no estaba tan malherido como
Marcus, que le dijo: “Llévame ante mi amo y te recompensará”.
El
collar que llevaba el esclavo Marcus llevaba esto grabado: “Atrapadme
porque he huido y devolvedme a mi amo, el muy estimable Cethegus en el Mercado
de Livia, la tercera región de la ciudad de Roma” (Grabado en un collar de hierro, Pág. 148)
Sosos
lleva a Marcus ante su amo, el cual residía en el mercado de Livia y le cuenta
lo sucedido. Este recoge su recompensa y se va a tocar la flauta. Con el paso
del tiempo, Marcus se va recuperando poco a poco; le menciona a su amo que su
hijo está enfermo, a lo que este respondió que si lograba superar las tareas
que le iba a ordenar, le daría “la sangre de los gladiadores”, el elixir que
curaría la enfermedad de su hijo, y además le liberaría de la esclavitud.
“Los epilépticos beben la sangre de
los gladiadores como si fuera el elixir de la vida […]. Creen que lo más eficaz
es, de largo, tragarse la sangre caliente del hombre mientras da el último
suspiro, poniendo sus labios directamente sobre la herida, extrayendo la
esencia misma de la vida”. (Del
libro de Plinio titulado Historia Natural,
Pág. 266)
Una
de las tareas que le encomendó su amo fue luchar contra un gladiador llamado
Lucio Raecio Felix que era su enemigo y deseaba su muerte por encima de todas
las cosas. Esa misma noche Marcus le dio a su amo una carta para su mujer
Isidora por si no sobrevivía.
Al
día siguiente Marcus fue a cumplir su cometido y murió. Al recibir la noticia,
el amo decidió concederle los bienes que le había prometido, por su gran
servicio y honorabilidad: “En esta tumba yace Marcus, liberto
de Lucio, Gayo y Sexto Valerio, de 20 años de edad. Sus amos erigen este monumento
en reconocimiento a sus innumerables méritos. “Servidumbre, nunca me resultaste
aborrecible. Muerte injusta, te llevaste la libertad de este desdichado”. (Inscripción sepulcral, Pág. 125)
Al
terminar de leer la carta, Isidora se pone a llorar y escribe angustiada a su
hermano pidiendo ayuda: “Isidora a
Hermias, su señor hermano, muchos saludos. Haz lo posible por venir mañana; el
niño está enfermo. Ha adelgazado y hace seis días que no come. Ven; no vaya a
ser que muera mientras no estás aquí. Ten claro que si muere en tu ausencia,
puede que Hefestión se encuentre con que me he ahorcado”. (Carta escrita en papiro, Pág. 69)
Pero el amo de Marcus le da la medicina que
curaría a su hijo y también le da la libertad.
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