Marcado en su niñez por ser hijo del admirado general Germánico, quien lo lleva consigo en sus campañas, el futuro emperador se crió entre recios militares que lo trataban como un pequeño general, recibiendo de ellos el mote de "Calígula" ("botitas") por las botas de soldado en miniatura con las que aprendió prácticamente a caminar. Parece un crío peligroso pues ejerce sobre los adultos un poder tan absoluto como inusual. A más de esto, la muerte de su padre por envenenamiento (como quiere probar el documental) marca poderosamente el desarrollo de la personalidad de Calígula.
Pero lo decisivo fue su experiencia junto a Tiberio en la isla de Capri, donde el viejo emperador se había retirado en el año 27 d. C. para dar rienda suelta a sus más sucios y criminales impulsos. Allí un joven Calígula de 18 años establece con su tio-abuelo sórdidos vínculos que los autores del documental no dudan en calificar de "síndrome de Estocolmo": quiere parecerse al hombre depravado que ha matado a su padre y a otros miembros de su familia. Calígula aprende en Capri las claves que darán sentido a su vida: poder y placer. Y para Caligula la obtención de poder y placer pasan por el ejercicio de la más despiadada violencia.
En el año 37 d. C. Calígula sucedió al emperador Tiberio, seguramente "ayudando" a la naturaleza para acelerar la muerte del viejo. En los comienzos su reinado es dichoso y se gana el favor del pueblo. Pero de súbito la racha cambia y Calígula hace gala de las formas más abominables de abuso y crueldad, sucediéndose las violaciones, vejaciones y ejecuciones entre los propios senadores. En la obra de teatro de Albert Camus Calígula, la enfermedad del emperador arranca del duelo por la muerte de su hermana Drusila, con la que mantenía relaciones incestuosas.
Los autores del documental insisten en la posibilidad de que este desarreglo de la personalidad de Calígula se deba a la ingesta masiva de vino. Ahora bien, no es el vino en sí lo que hace daño, señalan, sino el altísimo índice de plomo contenido en el que los romanos bebían en esa época.
Efectivamente, las vasijas en las que acostumbraban a reducir el vino (obteniéndose así el llamado "defrutum") eran de plomo y el plomo deja residuos altamente tóxicos en la bebida (conste que en las recetas que nos han llegado, los romanos insisten en que el recipiente debe ser de plomo aduciendo que el cobre deja mal sabor).
Hagámonos una idea: si actualmente la OMS no recomienda absorber más de 40 mg/día de plomo, los romanos de clase alta absorberían unos 250 mg/día a juzgar por su alto consumo de vino (de uno a cinco litros por persona y día), sin olvidar que las tuberías que llevaban el agua a las ciudades eran de plomo.
Hagámonos una idea: si actualmente la OMS no recomienda absorber más de 40 mg/día de plomo, los romanos de clase alta absorberían unos 250 mg/día a juzgar por su alto consumo de vino (de uno a cinco litros por persona y día), sin olvidar que las tuberías que llevaban el agua a las ciudades eran de plomo.
Las clases altas romanas se vieron seriamente afectadas por la intoxicación con plomo, llamada "saturnismo". Esta produce cuadros clínicos que van desde estreñimiento, palidez o gota hasta letargo, anemia y coma. En el caso de Calígula pudo producirse una disfunción en el lóbulo central del cerebro que explicaría la llamativa alteración mental causante de sus excesos de crueldad y de la absoluta desinhibición, o más bien depravación, de su comportamiento sexual.
Hay historiadores que han visto en el saturnismo una de las causas de la caída del Imperio en occidente, pues sus clases dirigentes (incluidos por supuesto los emperadores) padecían intoxicación severa a causa del plomo que absorbían en la comida y la bebida, ello hasta el punto de que nos sea lícito considerarlo una auténtica epidemia. Según esta hipótesis, las capas altas de la sociedad romana, debilitadas y enfermas por esta causa, provocaron o favorecieron la decadencia del Imperio.
¡Pongamos atención! Si es verdad no ya que la historia se repite, sino simplemente que de la historia hay que aprender, más nos vale una reflexión. ¿Es posible que el germen de nuestra propia destrucción nos lo estemos cocinando, respirando, fumando o comiendo nosotros mismos?
Gracias a: http://www.creces.cl/new/index.asp?tc=3&nc=5&art=326 y: http://es.wikipedia.org/wiki/Saturnismo
Y aquí un texto con traducción de un fragmento de Vida de los Doce Césares de Suetonio.
LII Saepe depictas gemmatasque induit paenulas atque manuleatus et armillatus in publicum processit, aliquando sericatus et cycladatus, nonnunquam socco muliebri; plerumque vero aurea barba, et fulmen tenens aut fuscinam aut caduceum deorum insignia, atque etiam Veneris cultu conspectus est.
“A menudo (saepe) vistió mantos (paenulas) bordados (depictas) y adornados con piedras preciosas (gemmatasque) y apareció en público con grandes mangas (manuleatus) y brazaletes (armillatus), a veces con vestidos de seda (sericatus) y de cola (cycladatus), de vez en cuando (nonnunquam) con calzado de mujer (socco muliebri); muchas veces, en efecto, fue visto (conspectus est) con barba de oro (aurea barba), y llevando (tenens) las insignias de los dioses (deorum insignia): un rayo o un tridente o un caduceo, y también (atque etiam) <fue visto> con el traje de Venus (Veneris cultu)”.
Dejando a un lado la hipótesis del saturnismo, sin duda la crisis económica jugó un papel fundamental en la caída del Imperio romano. En el siguiente vídeo el ilustrador LUIS PASTOR nos resume, dibujando, un puñado de importantes factores que favorecieron el desmoronamiento del Imperio romano occidental en el siglo III d. C.: malos emperadores, legiones descontentas, economía en la ruina, falta de alimentos, falta de esclavos y grave devaluación de la moneda... Sólo 3 minutos de vídeo para aprender:
Dejando a un lado la hipótesis del saturnismo, sin duda la crisis económica jugó un papel fundamental en la caída del Imperio romano. En el siguiente vídeo el ilustrador LUIS PASTOR nos resume, dibujando, un puñado de importantes factores que favorecieron el desmoronamiento del Imperio romano occidental en el siglo III d. C.: malos emperadores, legiones descontentas, economía en la ruina, falta de alimentos, falta de esclavos y grave devaluación de la moneda... Sólo 3 minutos de vídeo para aprender:
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