La estela funeraria del llamado niño minero encontrada en Baños de la Encina (Jaén) (CIL II, 3258) y conservada en el Museo Arqueológico Nacional (Madrid) podría considerarse el testimonio epigráfico más evidente del empleo de niños en el trabajo de las minas.
La inscripción en latín dice:
Qartulus / anoru(m) IIII si /[tibi] tera le.
Quartulo, de cuatro años de edad, que la tierra te sea leve.
Entre los datos que sobre este hallazgo da el M.A.N., figura el hecho de que en las minas de Hispania el trabajo "duro y agotador, era llevado a cabo por trabajadores asalariados, siervos domésticos, esclavos y condenados". Y también niños, al parecer, si atendemos al testimonio de esta estela funeraria.
Pero las noticias del empleo de niños en duros trabajos no se registran solamente a través de la epigrafía, también los textos nos informan.
Así en Historia 3, 12-13 de Diodoro Sículo (año 50 a. C.) leemos: "Los jóvenes que todavía no han alcanzado la pubertad se arrastran a través de los túneles hacia las galerías abiertas en la roca y con gran esfuerzo recogen el mineral para llevarlo de regreso al exterior de lamina al aire libre. Entonces aquellos hombres de más de 30 años dividen en porciones la roca... las mujeres y los ancianos reciben el polvo de la roca y lo colocan en una srie de molinos... debido a su pobre cuidado estos mueren en medio de sus sufrimientos". (Fuente: clic).
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