Intentad escuchar con calma el siguiente vídeo, donde el sueco Daniel Pettersson nos cuenta historias de miedo ocurridas en Estocolmo hace tiempo... o que todavía ahora (etiam nunc) ocurren.
Daniel tiene una perfecta pronunciación, respeta vocales largas y breves, su latín es intachable y no habla demasiado rápido, de manera que se deja entender bien.
Primero se nos cuenta la historia del monje Guideón, que sufrió un naufragio en el siglo IX, y vemos la casa edificada justamente en el lugar al que las olas arrojaron su cuerpo. Aún se le oye y se le ve cada noche... si tienes el valor de acercarte.
Luego Daniel nos lleva al palacio más embrujado de todo Estocolmo, construido a principios del siglo XVIII, que encierra entre sus paredes (¡un emparedado!) a su primer dueño. Otro de sus habitantes era tan malo ("tam malus, tam malignus, tam improbus, tam nefandus) que el propio diablo fue allí a buscarlo. El palacio rebosa de espectros, fantasmas y espíritus, los cuales lloran, gimen, rompen espejos y ventanas, apagan velas... y arrojaron por la ventana a un sacerdote que entró a exorcizar.
Fuera del palacio se encontró enterrado un cadáver anónimo del que nadie sabe nada... si bien una cosa es cierta (illud videtur certum): se trata de uno de esos que van y vienen por allí... et fortasse non! ("o quizá no!").
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