yazco enterrado aquí, tras nacer en Roma y formarme como deportista, tras hacer largos viajes a Grecia, tras entrenarme duramente para los Juegos Olímpicos, yo, el campeón de los campeones, ganando hasta tres veces mi disciplina olímpica, enfermé en una comida lujosa junto a los demás campeones, por un pescado que me transmitió una enfermedad mortal, de la cual no me pude recuperar.
Si estás leyendo esto, haz una reverencia por mí, por el velocista campeón, para que los Dioses te dejen vivir en paz y se apiadan de mi alma inmortal.
Abel Tornero Saugar (4ºB)
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