lunes, 2 de noviembre de 2015

El atleta que surgió del agua

¿Cayó desde el barco en medio de una tormenta porque el viento aflojó las cuerdas que lo amarraban al barco o tal vez fue arrojado por la borda para aligerar el buque en un momento de temporal que comprometía la navegación?

En 1996 el buceador deportivo de origen belga René Wouters, descubrió semienterrados junto a la isla de Vele Orjule (Croacia), a 45 metros de profundidad, los restos de lo que parecía un hombre. Tres años más tarde, el día 27 de abril de 1999, un joven de bronce de 1,92 m. salió de las profundidades gracias a los expertos del Museo Arqueológico de Zadar.

Desde entonces y a lo largo de siete años, la estatua de bronce fue sometida a los más avanzados procesos de restauración para apartar la capa de algas e incrustaciones que tanto la habían desfigurado. Afortunadamente esta misma capa de residuos calcáreos había preservado la estructura y la pátina de mayores corrosiones.
La operación más larga y difícil fue la limpieza de la capa orgánica que cubría todo el bronce, para lo que se prescindió del empleo de sustancias químicas con el fin de no destruir la pátina original. En algunos casos hubo que poner pequeños parches de resina o refuerzos metálicos, como en la pierna derecha.
Los organismos que la habían habitado (y salvaguardado) fueron estudiados con detenimiento, descubriéndose incluso un nido de ratones en su interior. Las dataciones por Carbono 14 sitúan este bronce griego entre el siglo II y el I a. C.
Ya resplandeciente, el joven sacado de las aguas aquel día de primavera de 1999 es un atleta que se limpia la arena y el aceite con un estrígil después de una prueba deportiva, tema éste muy común en la estatuaria clásica que recibe el nombre de Apoxiomeno ("raspador").
Aquí aparece un interesante video (4:52 minutos y música de Aleksandar Sarievsk). Es la primera parte de una serie de siete que puedes ver en youtube y que muestran el proceso de hallazgo y restauración del Apoxiomeno de Croacia.
En la primera parte se destaca este importante hecho: dado el gran valor que tenía el bronce en la Antigüedad y sus muchas posibilidades de reutilización, la mayoría de las estatuas griegas que han llegado hasta nosotros son copias en mármol de originales de bronce perdidos, lo que convierte al Apoxiómenos de Croacia en una muestra de redoblado valor.

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